Hace muchíIIIIIIIsimo tiempo, en un lugar que se llama Montblanc en Catalunya, vivía un Dragón enoooooooorme que andaba asustando a todo el mundo, entonces algunos ya lo tenían junado.
El Goma”, el Tomuér, el Rata y Ricky “navaja” paraban en la esquina, tomaban cerveza todo el día y se divertían provocando al Dragón que los miraba de reojo ... Tanto lo jodieron al pobre bicho que tuvo que cambiar de esquina.
En la otra se juntaban las de la "Asociación Guardiana de los Valores de la Comunidad de Montblanc", presidida por la auto elegida “Inés, jodeme una vez y ya sabés”. Éstas cuchicheaban todo el día mientras barrían la vereda y de pronto largaban unas fuertes risotadas señalando al Dragón sin ningún disimulo.
Un día, el alcalde pasa por un anfiteatro que había a unos kilómetros del pueblo y ve un tumulto de gente en un semicírculo, gritos, aplausos ... Ernesto en el medio, y el Dragón que se estaba manducando a un tipo. El Alcalde pide explicaciones: “Ya está todo cocinado, eh? Transé con el bicho y no nos jode más a cambio de que cada día le demos un tipo o una “nami” pa que se morfe. Lo hablamos con los vecinos y estuvieron de acuerdo en seguida,. total acá hay cada uno ...Entonces la gente me paga unos Euritos y me dicen a quién quieren sacarse de encima, tendé?. “Pero vos estás loco??”, le dijo el alcalde “a mi no me metas en boloquis, eh? (mientras guardaba el rollito de euros en su bolsillo).
Una tarde, Jorge, el quiosquero, se manda para el anfiteatro y ve que le había tocado a Lili, la maestra del pueblo, y que andaba con él. Y en la desesperación por salvarla, se arremangó el sweater y mientras se hacía paso entre la gente a los codazos, gritaba: “Eh, grandote! Por qué no te hacés el vivo conmigo, eh? Querés pelear? Y parece que en un acto más que heroico Jorge se enfrentó al Dragón entre las flamas, empuñó su navaja y ahí nomás le dio en un punto tan clave que el bicho automáticamente se desplomó al suelo con un rugido demoledor. Se hizo un gran silencio entre los vecinos que lo miraban maravillados. Jorge cargó en brazos a su amada y se la llevó sin pronunciar palabra, sólo contemplaba la sangre derramada.
Así fue como nació la leyenda. Jorge (Sant Jordi) se convirtió en el Patrono de Catalunya, por haber triunfado sobre el Dragón por amor a su chica. Y dicen que de la sangre derramada creció un rosedal de hermosas rosas rojas. Un 23 de abril también se declara el día del Libro y, juntando hechos, es tradición Catalana que los chicos regalen una rosa roja a las mujeres y las chicas regalan un libro a los hombres.
FELIÇ SANT JORDI per a tothom!